domingo, 21 de junio de 2009

HOMBRES DE FUEGO

BOMBEROS.

Héroes de carne y hueso.

NO SABEN VOLAR, NO PUEDEN VER A TRAVEZ DE LOS MUROS Y SU FUERZA ES TAN IGUAL COMO A LA DE CUALQUIER OTRO MORTAL.

Viernes 14 de diciembre, Joaquin Peña, un integrante del  Cuerpo de Bomberos de Lima, se dirigía a su estación para recoger un documento de importancia que había dejado ahí por equivocación y era de su oficina. Pues Joaquin tendría que avanzar ese trabajo pero en su casa.

De igual forma aprovecharía en ir a su estación para que sus compañeros le saludaran, pues era su cumpleaños. Este viaje con escala no duraría más de media hora, según lo calculado por Joaquin.

Joaquin o Quino, como le decían sus compañeros y parte de su familia, fue recibido calurosamente por sus amigos de trabajo. Le cantaron el tradicional   “Happy birthday”. Muy agradecido Quino abraza a sus compañeros revelando sus jóvenes 32 años, con muchos sueños por delante.

Este agasajo llegaba a su fin, pues a Quino lo esperaba en casa su madre y sus dos hijos, Cristobal (11) y Tamara (7), que llegarían tambien para visitarle por su cumpleaños.

Ya Quino con prisa pero agradecido con sus compañeros, tenía que partir hacia su hogar… Cuando en eso suena la sirena de alarma de emergencias, esa sirena que viene escuchando desde hace 10 años, esa sirena que lo ha hecho partícipe de los rescates más extremos, despiadados y desinteresados, en su corta vida.

El comandante de servicio avisa que la alarma es por un “código 6”. Nombre clave asignado a desastres de grandes magnitudes. Y esto se estaba dando en una zona altamente comercial en el centro de Lima y que por ser viernes el tránsito en el lugar es el doble de lo normal.

Llegada la noticia a oidos de Joaquin, no sabía que hacer, pasaron muchas ideas por su cabeza.

El voluntariado bomberil es, como su nombre lo dice, un servicio voluntario a la comunidad, donde el bombero muchas veces arriezga su vida a cambio de la vida sana y salva de su prójimo.

En otros países del mundo el bombero tiene derecho a remuneración pues su servicio es un trabajo y en muchos casos muy bien pagado.

En Estados Unidos por ejemplo un bombero gana en promedio unos 2500 o 3000 dólares. En España un bombero gana 1500 euros aprox.

Aquí en el Perú, el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios, no tiene un seguro de vida ni mucho menos un sueldo. Pero existe y aún así nos siguen salvando la vida.

La vida de un ser humano no vale más o menos que la de otro. Todos somos iguales y tenemos una razón por la cual vivir en este mundo.

Eso sabía y lo tenía muy presente Joaquin, pues para él, su razón en este mundo era la de salvar vidas.

Entonces al escuchar el llamado de emergencia por tan importante acontecimiento en la ciudad de Lima, optó entre la sonrisa de una persona a salvo en medio de humos y escombros o por una torta de 50 soles y sus hijos que al fin y al cabo sabrían entender la valiosa decisión de su papá.

Quino se puso su uniforme y con el casco en la mano dijo a sus compañeros : “El incendio no nos va a esperar…”

Era el Escuadrón N 7, que corría por las calles alborotadas de Lima en sus dos camiones cisternas con las sirenas a todo volume … “allá vamos”, tripulados por hombres y mujeres con un valor ejemplar y un sólo lema : “No dejar morir a nadie”.

Eran dos potentes camiones que iban decididos a todo por las pistas de la gran Lima. En la unidad N2 iba Joaquin con el casco ya puesto y listo para la acción, tratando de imaginar cómo estaría la situación en aquel lugar.

5.30 de la tarde, con el cielo celeste, pues el sol aún se dejaba ver. Debido al cargado tráfico los dos camiones se perdieron de vista. Era una de las avenidas más descontroladas y transitadas en ese momento.

No obstante se mantenía la comunicación por radios y es así como la unidad N1 comunica haber llegado primero al punto y con el comentario por la radio de uno de los bomberos que dice : “Mierda acá ya es de noche y esto tiene para peor” -asombrado por lo que sus ojos estaban viendo en ese momento.

Habiendo escuchado esto la unidad N2  estando a unas 20 cuadras del evento y con la impotencia de no poder llegar en ese momento, cinco de los intengras, sin el chofer, comandados por Joaquin y con hacha en mano, bajaron de la unidad y corrieron toda una maraton hasta llegar al lugar. Al final, el camión, a todas formas llegaría.

Joaquin se que quedó perplejo al ver lo que vió. Era algo jamás antes visto por él y por ningún bombero ahí presente. Caían escombros por doquier, salía gente entre el humo y fuego, tosiendo, llorando, ensangrentados, todos llenos de cenizas y negros y clamando por las vidas de quienes aún yacían dentro de las tiendas… pues dentro del desastre aún había gente con esperanzas de poder sobrevivir.

Era viernes 14 de diciembre, y como en la mayoría de centros de comercio popular, el mes de diciembre siempre acoje, por fiestas navideñas, a toda la gente en pleno, que va preparando su próspera navidad.

Estudios anteriores han estimado el aforo aproximado en el lugar. La cifra de 25000 por hora de concurrencia, esta cifra quedaba sin efecto en un momento como este pues somos conscientes que en visperas de fiestas , literalmente dicho, todo el mundo va a comprar algo.

Todo esto obviamente sin tener en cuenta que los otros centros comerciales colindantes a éste, las propiedades como casas, tiendas, o fábricas, también se ven involucradas en un incendio de tales proporciones como éste… pues el desastre no respeta límites de propiedad ni horarios.

El evento parecía de nunca acabar y cada vez se necesitaban mas hombres valientes que puedan ayudar.

Muchas personas salían corriendo heridas o ilesas de la zona, cogidas de la mano con los suyos, como es natural, alejándose lo más que pudieran del desastre.

Pero en cambio esos hombres de color rojo y otros de color amarillo cada vez se metían más y más, pues para ellos los “suyos” eran en ese momento los que iban quedando dentro llorando por un milagro que los pudiera salvar.

Después de de haber reconocido el área, Joaquin y sus hombres escucharon esa sirena ronca por los años, era la sirena de su unidad que ya iba llegando al lugar y aunque muriendo de miedo corrieron a ella para empezar con su “trabajo”.

Cada uno de ellos ya estaba en su lugar, con las mangueras conectadas, con extintores en manos mirando fijamente al enemigo esperando la voz de mando de Joaquin quién señalo por donde atacar primero.

Parecía que mientras más agua y espuma echaban, más aumentaba la intensidad del fuego.

Tras mucho esfuerzo de los bomberos, se iban sacando y rescantando a personas que estaban allí dentro algunas vivas, algunas muertas. La prioridad es siempre la vida y no la propiedad.

Dentro de la zona roja se vivía un calor inimaginable, un calor y ardor infernal, el aire se convertía en humo, la asfixia se apoderaba no solo de las víctimas perdidas por ahí entre las oscuridad y escombros, sino también de los bomberos que encima de todo andan con equipos en precarias condiciones.

Quino entraba cada vez más a la zona y veía gente con quemaduras leves otras con quemaduras graves, ni si quiera sabía por donde empezar. Parece que hubiera habiado una cacería de humanos acá -dijo. Algunos desmayados confundiendose con los muertos, otros llorando inmóviles por la impresión esperando que todo fuera una pesadilla. Todo esto era tan desastroso y lamentable como el hecho de haber encontraro entre los muertos a colegas, sin vida por falta de oxigeno o aplastados con algún derrumbe.

Joaquin estaba tan conmocionado como sus compañeros pero ello no impedía que sus brazos y piernas dejen de funcionar.

Muchos de los colegas de Quino se verían obligados a desertar el área pues sus equipos ya no abastecían lo suficiente y necesario para poder continuar.

Quizá ningúno de nosotros podemos imaginar ese momento y ese escenario, pero estos hombres estaban cara a cara con la muerte. Pudiendo haber elegido el sofá de su casa, el relajo de un viernes por la noche como de costumbre…

…ellos prefirieron convertirse para muchos en héroes, pero héroes de carne y hueso.

Eran las 9 pm y aún seguía el siniestro.

Casi con menos intensidad pero aún ardiendo y con muchas víctimas por salvar. Caían paredes, se tenían que romper puertas para ingresar o salir, caían escaparates con diferentes cosas ardiendo en llamas, y estos hombres con hachas y algunos extintores haciendo lo imposible por ayudar.

Muchas  veces en nuestras oraciones pedimos milagros a Dios, los que creen en Él y los que no, piden buena vibra al destino. Estos hombres de fuego que no saben volar,  que no ven a travéz de los muros y que su fuerza es tan igual que la de cualquier otro mortal, se convirtieron ese día en el milagro de muchas personas y sin esperar absolutamente nada a cambio.

Joaquin asfixiado por tanto humo yendo de un lado para otro indicando puntos críticos a los de afuera, sacando en hombros a cuanto herido viera, su labor parecía ser interminable y corriendo hacia el tercer piso en busca de mas sobrevivientes el no pararía  pues su consigna era hacer lo posible por rescatar.

Los refuerzos llegaban y desde adentro se oían las sirenas afuera gritar a toda fuerza, los chorros de agua y espuma blanca peleaban contra el poder del fuego. Felizmente el fuego cada vez iba ceciendo más y más.

Aún así desde adentro la historia era otra, miles de muertos eran separados por los bomberos de los que aún seguían con vida. Son imágenes imposibles de olvidar, se tenían que separar como si fuera alguna compra, a los ilesos en un grupo, a los heridos en otro esperando por rescate de afuera y a los muertos uno sobre otro carbonizados como si fueran restos que no servían.

Joaquin gritaba preguntado la ubicación de mas víctimas y éstas respondían pero no se hacía posible el identificar el lugar, así que lo único por hacer era buscar uno por uno entre los restos.

Asi como Quino muchos bomberos armados con un hacha o con lo que fuera de buen uso trataban de romper paredes que habían caído obstaculizando la salida de muchas víctimas encerradas… Por fin Joaquin pudo ubicar a más víctimas tras unos escombros y escuchó aterrado el gemido de 2 ó 3 niños, imaginándose él que así  como ellos sus hijos tambien podrían vivir una experiencia tan penosa, asi que fueron más aún sus ganas por sacar a ese grupo de aproximadamente 9 personas.

Ingresó a toda forma a ese lugar y se dio la penosa sopresa que eran más de 20 personas ahí pero sólo 9 aún resistian vivos. El oxígeno juega un papel muy importante en estos casos pues el fuego necesita de oxigeno para arder más y más y el ser humano también necesita de ese oxígeno, es ahí cuando el poco oxígeno que tenemos va siendo absorvido por el fuego y empieza la asfixia.

Joaquin cargó en sus brazos a la mas pequeña y dirigiendo al grupo de los sobrevivientes los llevó al encuentro de otros bomberos que los auxiliarían.

Después de eso Joaquin volvió a su busqueda interminable, tenia que encontrar más pues el sentía que en algún lugar lo necesitaban. Caminando por los escombros y cenizas con su linterna a medio alumbrar escuchó un débil gemido de auxilio, se dirigió a donde el sonido lo llevó, corriendo emocionado y llegó hasta un lugar que estaba lleno de escombros  y con los techos a punto de colisionar. Encontró allí a una mujer debado de un armario pesado, aún consciente y con muy pocas fuerzas. Le preguntó su nombre, me llamo Norma -le dijo la mujer de unos 30 años y embarazada. Al otro lado yacía un hombre de unos 45 años de edad en peores condiciones pues un anaquel de metal había caído sobre él y por el calor cada vez se iba calentando más causando en esta persona quemaduras serias. Jaime me llamo - le dijo el hombre, quien también seguía consciente y quien compartía con Norma la misma opinión de que de esa no se salvarían.

Joaquin tenía como herramienta sólo su hacha pero bastaba para él pues su insistencia era la mejor herramienta. Ya estaba débil por todo el esfuerzo antes hecho pero aún así trato de levantar en algo el peso que tenía encima Norma, probaba una forma u otra y cada vez Norma se desesperaba más pues veía como el techo se iba cayendo a pedazos. Por fin lo logró, utilizando maniobras poco conocidas Joaquin logró levantar el peso lo suficiente como para que Norma saliera  arrastrándose de ahí. Se dio cuenta que su pierna derecha estaba fracturada. Ahora tendría que lidiar con el anaquel que estaba sobre Jaime, que además de ser pesado quemaba.

La desesperación se empezó a apoderar de Joaquin quien no veía la hora de estar con sus hijos comiendo torta.

El esfuerzo que hacía Jaime con sus brazos era inútil pues ya estaba demasiado débil y Joaquin también iba perdiendo fuerzas, mientras que Norma no se cansaba de gritar por ayuda. Al darse cuenta Joaquin que realmente lo único que tienen Norma y Jaime para sobrevivir es a él, tomó aire, creó fuerzas y confió en sí mismo pues logró levantar ese anaquel y con ayuda de Norma logró sacar arrastrándo a Jaime quien a su vez ya estaba a punto de perder el conocimiento por la falta de oxigeno.

Joaquin, no dudo ni un segundo en compartir su oxigeno con Norma y con Jaime que lo necesitaban mas que él y apoyando a Norma en su brazo izquierdo y a Jaime en su brazo derecho se dispuso a avanzar hasta la salida.

Habiendo dado algunos pasos, lo que estaba por colapsar, colapsó y fue cuando todas las esperanzas de los tres se hicieron humo. Norma se vió encerrada pensando que quizá ese sería su último día, pues tan mal no le puede ir a una persona, dijo.

Joaquin desesperado también cogió el hacha y empezó a colpear cuanto escombro veía a fin de abrirse paso y salir. Jaime desanimado le dijo entre lagrimas y sufrimiento : “Vamos hombre, usted ya hizo demasiado por nosotros, le sería mas fácil irse solo…” a lo que Joaquin le respondió : “No mi amigo, he pasado casi 6 horas buscandolos a ustedes dos y ahora que los tengo no los dejaré aquí…” y mirándole  a los ojos a Norma y a Jaime les dijo: “Todos tenemos un día para morir, pero tengan por seguro que éste no es nuestro día…”

Y aunque cansado y nervioso Joaquin ya no sabía por donde golpear para encontrar la salida, vió que Norma aunque adolorida por la fractura en su pierna, se paró y empezo a sacar escombros pequeños con el fin de ayudar como sea. La condición deprorable de Jaime le impedía ayudar de alguna forma, pero no se cansaba de gritar …!!AUXILIO!!!...!!!!ESTAMOS AQUÍ!!!!!....

Joaquin se percató que cada vez oía menos las sirenas y la bulla iba calmándose y sabía que había tanta gente afuera que sus compañeros podrían confiarse de que él se encuentre en otro lugar a salvo.

El pánico otra vez se apoderó de ellos, que ya no sabían como gritar y por dónde golpear, solo veían las pardes grandes caer en cenizas, todo lo que veían por los techos eran pedazos del mismo cayendo quemado y con humo por todos lados. El oxígeno para los tres ya se estaba agotando, ya había pasado casi una hora desde que se cayó la viga del techo que les obstaculizó el camino. 

Joaquin ya se había enterado en todo ese tiempo de la vida de Norma y de Jaime, pues la asfixia podría causarles shock o un paro cardiáco, y por eso mientras buscaba como salir y golpeaba las paredes rotas fue conversándoles de sus hijos, de su cumpleaños y estos también fueron compartiendo sus cosas con él.

En eso se escuchaba a lo lejos el nombre de Joaquin pronunciado por alguno de sus compañeros… ¡QUINO!...una y otra vez… fue tanta la emoción de ellos que Norma se puso en pie otra vez y empezó a levantar y sacar  escombros gritando ¡ acá estamos!!... lo mismo por su lado hizo Joaquin y Jaime que gritaba sin parar.

Cada vez oyeron más cerca la voz de la ayuda, hasta que las linternas de los compañeros de Joaquin podían alumbrar parte del interior de esa habitación en donde estaban los tres, empezaron a cabar los compañeros por fuera y Joaquin por dentro hasta que pudieron hacer un hueco tan grande como para que pudieran salir los tres.

La emoción fue espectacular y de película , al instante asistieron a Norma y Jaime se fue en camilla y no volvieron a ver a Joaquin quien exhausto y ya sin fuerzas se fue a su camión cisterna pues ya el siniestro había pasado y habían llegado más refuerzos de otras estaciones.

Al subir al camión Joaquin le dice al chofer : “ Y de pensar que hace unos días vine a comprar los regalos a mis hijos. Y hoy ya no existe. Hoy vi la muerte de…” se cerraron sus ojos y al despertar Joaquin estaba en una cama de hospital.

Había entrado en shock por el cansancio, la falta de oxígeno, y la impresión de todo lo que vió. Fue abriendo sus ojos y vió a su izquierda a tres de sus compañeros bomberos aun vestidos con el uniforme, a los pies de su cama su madre y sus hijos y a la derecha a Norma en muletas y ya no con cenizas en la cara, ya estaba limpia y quizá por ello no la reconoció.

Ella dejó en la mesa la torta que le habia comprado, de chocolate como me contó que le gusta -le dijo. Lo tomó de la mano y le dijo entre lágrimas : “ Si no hubiese sido por usted Joaquin, yo sería solo un recuerdo para mi familia, pero usted me devolvió a ellos, y eso es algo que le agredeceré eternamente…” y dandole  un beso en su mano le dijo : Feliz cumpleaños !!!

Emocionado, Joaquin recibió una tarjeta que su mamá le alcanzó ahí en presencia de todos. “ Estimado Joaquin, yo no creía en los milagros, ni en los ángeles, pero ayer usted fue un ángel para mi. Sé que se perdió la reunión en su casa, pero a cambio usted salvó muchas vidas. Quizá no se acuerde de mi, pero yo lo llevaré en mi memoria para siempre” firma Jaime.



Quise crear esta historia para tratar de ahondar en el tema de los bomberos. alguna vez se han puesto a pensar como sería un desastre natural, un incendio, o lo que implique accidentes sin la presencia de ellos...??

Ellos no ganan un sueldo, y sus nombres no son avenidas pero aún así dan su vida por el prójimo... ¿ qué hacemos nosotros por el prójimo ?... Podría buscarse un beneficio para ellos no creen ?... que muy bien merecido lo tienen... un carnet que le permita medio pasaje no creo que sea un reconocimiento digno para estas personas... que quizá en las calles son como nosotros ... juegan, toman, bailan, camina, comen, duermen... pero que uno de esos casos que hemos visto arriba, tienen un valor indiscutible que los diferencia a cualquier otra persona y arriesgan su propia vida por nosotros.




4 comentarios:

  1. Querido hermano, es una de las lecturas más emocionantes, hermosas y a la vez tristes que he leído en mi vida. No sólo resalto tu habilidad literaria que nada tiene que envidiarle a escritores de renombre, sino sobre todo tu sensibilidad y humanismo para crear esta historia que es un indiscutible mensaje y sugerencia. Te conozco y sé que no lo has escrito para buscar un aplauso literario, sino una reflexion nacional y social.
    Ya te lo dije: ESCRIBE MÁAAAASSSS !!!!
    -
    Recuerdo que tu también escapaste de la Muerte cuando eras apenas un bebe, eso marca a un ser humano... para toda su Vida.
    NO CAMBIES!

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  2. Hola, me llamo Juan y soy bombero voluntario de Argentina, del sur para ser mas preciso... me encanto tu historia, y me ha hecho pensar hasta donde llegaria con tal de salvar una vida. La respuesta, es que seguire siendo bombero hasta mis ultimos dias. Un saludo mi mail es sanca_te_samba@hotmail.com

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  4. intenso,emocionante y real..me gusto mucho..

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